Anna Forés Miravalles

Per seguir somiant


“Si la vida te parece una porquería, hay algo que se te ha olvidado: y es reír, y bailar y cantar”.

Monty Python “Always look at the bright side of life”, que creo lo dice todo. Sobre todo esta frase: “Si la vida te parece una porquería, hay algo que se te ha olvidado: y es reír, y bailar y cantar”. Esto lo sabe cualquier niño de cinco años. Pero como luego añadía Groucho… “¡rápido, búsqueme un niño de cinco años!!”

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Ignacio Morgado, neurocientífico: «Desconocemos aún cómo se generan la imaginación y la conciencia»

https://www.elmundo.es/la-lectura/2023/05/26/646df72021efa0980a8b4570.html

Ignacio Morgado, neurocientífico: "Desconocemos aún cómo se generan la imaginación y la conciencia"
ARABA PRESS

Uno charla con Ignacio Morgado (Badajoz, 1952) y da la sensación de que, como los espías, tiene amigos en cualquier parte del mundo que le cuentan lo que el común de los mortales tardará tiempo en descubrir. Catedrático emérito de Psicobiología en el Instituto de Neurociencias y en la Facultad de Psicobiología de la Universidad Autónoma de Barcelona, si por algo destaca es por su empeño divulgador. Tan profundo que durante años ha dirigido la colección neurocientífica de la editorial Ariel (Planeta), y publicado libros como Materia gris Emociones corrosivas, por nombrar un par. El de 2023 es El cerebro y la mente humanaCómo son y cómo funcionan, un ensayo accesible para lectores no especializados e interesados por el «autoconocimiento». «Permite saber cómo funcionamos, cómo nos comportamos y por qué, es decir, a tener conductas más eficaces».

EL CEREBRO Y LA MENTE HUMANA

IGNACIO MORGADO

Ariel.

¿Cuánto sabemos ya sobre el cerebro y cuál sería el mayor vacío al respecto?Fue Santiago Ramón y Cajal, hace más de un siglo, quien puso de manifiesto que el cerebro es un órgano compuesto por muchos millones de células individuales que se conectan entre ellas. Desde entonces hasta ahora, la neurociencia ha avanzado a pasos de gigante, pero eso no significa que sepamos ya todo. Hemos aprendido mucho sobre los procesos mentales del cerebro -las emociones, el lenguaje, los sentimientos, la memoria, los sentidos…- pero nos quedan unas cuantas cosas más por saber. Algunas son de carácter práctico y otras de carácter filosófico. Por ejemplo, no sabemos en qué consiste realmente ni la imaginación ni la conciencia.¿No son procesos mentales?Sí, desde luego que lo son, sabemos que la conciencia, la imaginación y la subjetividad dependen, obviamente, de las neuronas y de su funcionamiento, porque si las neuronas fallan o se enferman, si se alteran o mueren, perdemos la conciencia, la subjetividad y la imaginación. ¡Perdemos todo! Pero no sabemos cómo trabajan esas neuronas que consiguen hacer brotar la parte subjetiva de nuestras vidas. No sabemos cómo la materia objetiva se convierte en imaginación subjetiva, esto dicho con un lenguaje muy científico. Como dice un amigo periodista de Barcelona, de forma más prosaica, ‘no sabemos cómo la carne se convierte en pensamiento’. Pero sabemos que están relacionadas, que sin la una no hay de la otra.¿Cuáles serían las cuestiones prácticas por conocer?Lo que más debería preocuparnos en este momento es cómo curar la enfermedad mental, en especial el alzhéimer, que es la gran asignatura pendiente de las neurociencias. Porque, a día de hoy, ni siquiera estamos seguros de que las causas que atribuimos a grandes enfermedades mentales sean las que son.¿Por ejemplo?El propio alzhéimer. La hipótesis principal es que hay una proteína, la beta-amiloide, que se acumula exageradamente en el cerebro, impidiendo el funcionamiento normal de las neuronas. Pero esta teoría, que es la mejor que tenemos, no está confirmada al cien por ciento. De vez en cuando surgen experimentos o tratamientos que cambian el curso del alzhéimer y que hacen pensar a los neurocientíficos que quizá hay cosas que no sabemos de esta enfermedad y que podrían descubrirse algún día. Insisto, la gran asignatura pendiente es la cura de las grandes enfermedades mentales, no sólo el alzhéimer, también la esquizofrenia y la psicosis.¿Y el párkinson?El párkinson es una debilidad sobre todo motora, y las personas que conviven con la enfermedad no se mueren de ella. Pueden vivir muchísimos años aunque tengan debilidades, y los tratamientos funcionan bastante bien, aunque no se cure del todo la enfermedad. Es más preocupante perder la capacidad para ser tú mismo, que es lo que pasa con el alzhéimer, que se pierde la capacidad de existir y de saber que eres alguien. Y que dejes de conocer a tus familiares y amigos y de controlar tu propio cuerpo. ¿Qué más quisiéramos que el alzhéimer fuera solo una enfermedad de la memoria?La familia del enfermo sufre.Se lleva por delante a todos. El paciente llega un momento en el que no se entera ni de quién es ni de lo que le pasa, pero la familia… Por eso supone, como te decía, una asignatura pendiente, y lo cierto es que nos está costando. Lo que todavía desconocemos del sistema nervioso, junto con el asunto de la imaginación y la conciencia, provoca dudas a muchos científicos, al menos a mí y a otros. Estamos tratando de comprender el cerebro con un cerebro, no con un órgano superior. Bueno, muchos cerebros a la vez intentan comprenderlo. Es un órgano que trata de entenderse a sí mismo.
Un meta-análisis.Exacto, un meta-conocimiento, un meta-análisis. A lo mejor, de la misma manera que un chimpancé no puede entender una raíz cuadrada, porque no tiene un cerebro suficientemente evolucionado para conseguirlo. A lo mejor, insisto, nuestro cerebro tampoco lo está para comprender cómo la materia se convierte en imaginación.Me parece algo maravilloso e inquietante a la vez.Lógico. Es algo muy curioso. Hay algunos colegas, como el Premio Nobel Gerald Edelman, ya fallecido, que pensaba que la imaginación era un epifenómeno, es decir, algo así como el humo del fuego o el ruido del coche. Cosas que pasan pero no sirven para nada. Sucesos sin sentido. Funciona la máquina y sale el ruido. Y si no hubiera ruido no pasaría nada. Y a algunos nos cuesta entender esto, tanto que tuve que escribir a Edelman.No me diga. Cuéntenoslo, por favor.Le dije, oiga, doctor Edelman, explíquemelo porque yo esto no lo puedo entender. La mayor parte de las personas cree que lo que hacemos lo hacemos con nuestra mente pensante y que son nuestros pensamientos los que determinan que hagamos unas cosas u otras. Y usted me está diciendo que no, que esos pensamientos son humos y que realmente no es el cerebro, podríamos decir, por sí mismo el que hace las cosas. Pues no me respondió él sino que mandó a su segundo a hacerlo: ‘Dice el doctor Edelman que está muy ocupado y que le conteste yo’. Comenzamos un diálogo por correo electrónico su asistente y yo. Él insistía en que la imaginación no sirve para nada, y yo que sí. No llegamos a ningún acuerdo. Pero entonces él afirmó que ‘entender cómo la materia se convierte en imaginación tal vez sea el mayor reto de la biología del siglo XXI’. Ahí le pille porque, ¿cómo va a ser el mayor reto de la ciencia entender algo que no sirve para nada?
¿En qué momento podríamos decir que se encuentra hoy este debate científico?El de la conciencia es un debate totalmente abierto. Hay diversas teorías neurocientíficas al respecto, desde el que piensa que la conciencia no sirve para nada, como Edelman, hasta los que proponemos, como yo, que puede ser una especie de espejo y hasta los que son dualistas y creen que la conciencia es algo espiritual que no depende de nosotros, sino que puede depender de Dios o de otra naturaleza que desconocemos. Yo creo que el pensamiento y la conciencia son los que hacen que nos movamos, vayamos de acá para allá, decidamos esto o lo otro. Por eso el segundo de Edelman me llamó dualista, dijo que creía en algo más allá del propio cerebro. No, le respondí, yo creo que todo lo hace el cerebro, también la conciencia, que funciona como una especie de espejo, como un mecanismo de retraoalimentación en el que el ser humano se da cuenta de si lo que está haciendo es lo correcto o todo lo contrario.
¿Una teoría de la conciencia como supervivencia?Sí. Si fuéramos plenamente inconscientes, no sabríamos si el comportamiento que estamos teniendo es el correcto para conseguir los objetivos. Si eres consciente de lo que estás haciendo y de su resultado, entonces vas a corregir la conducta en función de ese conocimiento, vas a intentar hacer lo que te conviene: huir de un peligro cuando sientes la amenaza, buscar comida cuando tienes hambre, etcétera, etcétera. La teoría se fundamenta en esa idea que te decía de espejo.
¿Cómo sería ese diálogo entre la conciencia y su reflejo?Se le pregunta no cómo crees que estoy sino cómo estoy. Porque cuando sales de casa arreglada para una cena con amigos no te miras al espejo y dices ‘oye, cómo crees que estoy’, porque estarías diciendo que el espejo es alguien diferente a ti, que piensa y que te valora. Pero no, al espejo tú le preguntas ‘cómo estoy’. Es un puro reflejo de lo que hace tu cerebro para que tú sepas lo que está haciendo tu cerebro, pero lejos de no servir de nada, como dicen algunos científicos, yo creo que sirve para mucho. Ésa es mi teoría. Si fuéramos inconscientes, no tendríamos la capacidad que tenemos los seres humanos y también muchos animales de hacer muchas de las cosas que haceomos.En los últimos años se han publicado numerosos ensayos que explican cómo el funcionamiento de las hormonas describe nuestra forma de comportarnos. Por ejemplo: la dopamina y el amor.Es tremenda la dopamina. Explico todo el asunto en el libro Deseo y placer, algo más profundo que el último, aunque yo intento que mis libros los pueda seguir todo el mundo. Pero es que la dopamina interviene en muchísimas más cosas, no sólo en las relaciones sentimentales. Interviene en el movimiento, por ejemplo. El párkinson es sobre todo falta de dopamina, pero ésta interviene sobre todo en algo nuclear, como es la motivación. No es que sea el neurotransmisor del placer sino que es el de las ganas de buscar el placer.Un ejemplo: vamos a un pica pica y tienes muchas ganas de agarrar el primer canapé pero no lo haces porque todavía falta que el anfitrión dé el inicio. Una vez te has comido el primero, ya es muy difícil resistirte a comerte el segundo, ¿verdad? Habrá quien piense que esto sucede porque el primero te dio más hambre, pero no es así. El primer canapé lo que consigue es que liberes dopamina en el cerebro, que te crea muchas más ganas de coger el segundo. Es la motivación la que está generando las ganas de comer el segundo, es la dopamina ejerciendo su función de neurotransmisor la que hace que nos levantemos, salgamos de casa, venzamos nuestra pereza… A un adicto le enseñas una aguja y esto le hace levantarse ipsofacto para buscar a su camello. No es que la aguja le produzca placer, le da ganas de buscar ese placer, allá donde esté. Hemos confundido durante mucho tiempo el placer con las ganas de ir a buscarlo.
Ese conocimiento de las hormonas y del cerebro está a la orden del día si recordamos las polémicas alrededor de la Ley Trans.Todo reside ahí, los sentidos, el hambre, el sueño, la conducta sexual, las emociones y los sentimientos, los aprendizajes… Te cuento algo: antes de hablar contigo he estado charlando en un chat con cuatro compañeros científicos sobre esto. Uno de ellos, Antonio Guillamón, uno de los mayores expertos del mundo en transexualidad, acaba de publicar un libro que se llama Psicobiología de la orientación y de la identidad sexual. El asunto con los políticos es que muchas veces hacen las leyes sin estar bien informados. Ha pasado lo mismo con la Ley del sí es sí. No se asesoran. Y no aplican el método científico.


TÚ, TU RESILIENCIA Y LOS OTROS (2): ¿Vendrás a mi funeral?

Diseñando pasados Recordando futuros

(Si lo prefieres puedes descargar el texto de este post en pdf)

-Hola, Señor López, me comentan que ha solicitado formar parte de nuestra Asociación Antitabaco ¿es así?

-Si, efectivamente…

-Dígame… solo por curiosidad… ¿ha fumado usted en el pasado?

-Sí, y sigo fumando un paquete de tabaco al día. Me encanta.

-¿Cómo? Perdone, no le entiendo… entonces… ¿por qué quiere ser usted socio?

-Pues precisamente para eso… no por qué sino para qué… ¡para dejar de fumar!

-Sigo sin entenderle…

-Pues es muy sencillo… Si me relaciono con más gente no fumadora, más fácil me será dejarlo ¿no?

López debe haber leído a Michael Ungar quien mantiene que para nuestra resiliencia es más útil cambiar nuestras relaciones y contextos que cambiarnos a nosotros mismos.

O de otra manera. No se trata de crecer en resistencia sino de navegar mejor en el mapa de apoyos que tienes…

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JORNADA: EL MENJADOR ESCOLAR ALIMENTA LA SEVA EDUCACIÓ

Us esperem dijous 25 de maig

https://www.educo.org/landing/jornada-alimenta-la-seva-educacio

«EL MENJADOR ESCOLAR ALIMENTA LA SEVA EDUCACIÓ»

El menjador és un dels espais que més marquen els nostres records de l’escola. És un espai d’alimentació, però també —i sobretot—, de convivència, aprenentatge i protecció. Quan compta amb els recursos necessaris, l’espai de migdia pot garantir el dret a l’educació equitativa, a la participació i a la protecció, així com el benestar dels infants.

Educo organitza la jornada «El menjador escolar alimenta la seva educació» per reflexionar sobre les possibilitats que aquest espai ofereix a la comunitat educativa i a la societat en general, i per trobar maneres de respondre als reptes plantejats.

La jornada serà presencial. Si voleu venir, només cal que us inscriviu.

¿Quan? dijous 25 de maig de 2023 ¿On? A Barcelona, (Sala d’Actes de l’espai Rosa Sensat). ¿A quina hora? De 17:30 h a 19:00 h, amb un berenar al final de la jornada.

PROGRAMA

17:15 Obertura i acollida

17:30 Benvinguda

Guiomar Todó Directora general adjunta d’Educo

17:40 Espai menjador

Radiografia després de 10 anys de beques menjador Educo

Laia Martínez, Tècnica d’investigació social d’Educo

17:50 Conversa

Conversa La participació infantil en l’espai de migdia

Dra. Ana Novella, Professora del Departament de Teoria i Història de l’Educació. Facultat d’Educació de la Universitat de Barcelona

Fátima Avilés, coordinadora del projecte Equitat educativa a l’espai de migdia d’Educo

18:30 Taula rodona

Els infants pregunten: menjador escolar, participació i educació

Modera: Miriam Torán, coordinadora de mobilització social en Educo

• Marta Ayora, Directora de l’Escola Arrels de Santa Margarida i els Monjos

• Lidia Sánchez, monitora de l’espai de migdia de l’IE Rafael Alberti de Badalona

• Eduard Arnau, tresorer i referent de l’AFA de l’Escola Pi Roig de Barcelona

• Lola Ballesteros, de la Fundació Salut Alta

19:00 Espai networking: berenar

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El reto y la responsabilidad de envejecer

https://elmondedema.cat/es/el-reto-y-la-responsabilidad-de-envejecer/

Marco Inzitari

@marcoinzi

Médico especialista en geriatría. Director de Atención Intermedia, Investigación y Docencia del Parc Sanitari Pere Virgili y Presidente de la Sociedad Catalana de Geriatría y Gerontología.

En Catalunya, en 2050, una de cada 3 personas tendrá más de 65 años, y un 12% tendrá más de 80, según estimaciones del IDESCAT. En España, la esperanza de vida ha pasado de los 35 años de 1900 a los más de 80 actuales, según el INE. Las incógnitas que el envejecimiento nos plantea son múltiples: ¿cómo queremos vivir este tramo de la vida? ¿Realmente el objetivo es alargarlo más? ¿Asumimos que la vejez sea un parte de la vida, distinta pero con igual dignidad y potencial, y no una cola indeseada? ¿Cómo una sociedad tan envejecida será sostenible?

Ante estas preguntas, podemos esperar que nos repartan una solución “precocinada”, o nos podemos implicar, a nivel individual y colectivo, para aplicar algunas recetas que tenemos al alcance. La reflexión estratégica tiene que ser amplia, acercando ciudadanos, profesionales de la salud, del sector social, de la investigación y de la innovación, políticos, y otras esferas, como la educación. Tenemos 3 retos principales.

Primer reto: objetivo

El primer reto es entender cómo queremos envejecer. Hay que responder a esta pregunta: ¿nuestro objetivo final es alargar la vida todavía más, como persigue una parte de la investigación básica en ámbito gerontológico, incluso con teorías visionarias como las del gerontólogo británico Aubrey de Gray, según el cual una vida ultracentenaria será, en breve, al alcance de todo el mundo? Esta opción, que parece ejercer una especial fascinación a nivel social, estaría reforzada por algunos estudios recientes que han tenido resonancia a los medios.

Una publicación del grupo del genetista Steve Horvat (Universidad de California), en la revista Aging Cell, sugiere que, administrando hormona de crecimiento con un fármaco antidiabético, se podrían revertir unos marcadores biológicos de envejecimiento. Es cierto que aún no hay prueba alguna de su impacto clínico y funcional real, ni de los efectos adversos de este “cocktail” de fármacos. Personalmente creo que, más bien, los esfuerzos tendrían que dirigirse a preservar, potenciar o recuperar aquellas “capacidades intrínsecas” del individuo, sobre todo las funciones que sirven para andar, pensar, ver, escuchar y recordar, que, interactuando con el entorno, permitan a cada uno alcanzar objetivos vitales significativos. Esta idea, propugnada también por la OMS y llamada “envejecimiento saludable”, pone en el centro a la persona en global, y no sólo dianas como la esperanza de vida o algunos marcadores biológicos. En paralelo no debemos olvidar y asumir la muerte como parte de la vida, ya que probablemente seguirá igualando a todos los seres humanos todavía por mucho tiempo.

Segundo reto: estrategia

El segundo reto tiene que ver con la estrategia para conseguir este “envejecimiento saludable”. A pesar de buscar la «píldora mágica”, las consecuencias negativas del envejecimiento tienen una causa multifactorial, relacionada con aspectos genéticos, epigenéticos, con el estilo de vida, las condiciones sociales, económicas, culturales etc. Impresiona, por ejemplo, cómo estudiando una población neozelandesa, se ha encontrado una asociación entre la función cognitiva ya a los 3 años de vida y la función física en edad adulta; estos resultados, publicados en la revista JAMA Network Open en 2019, confirman la íntima relación, a lo largo de toda la vida, entre cerebro, función física y movilidad, que a la vez son potentes marcadores de resultados desfavorables de salud durante el envejecimiento. Por otra parte, en esta relación también juega un papel relevante el sustrato socioeconómico de las personas desde el nacimiento. Habitualmente para problemas multifactoriales hacen falta respuestas multi-palanca, y no una solución “pret-a-porter”.

Para que cada persona siga realizando actividades significativas durante la vejez, hace falta una estrategia multi-palanca que actúe a partir del estilo de vida. El eje es la actividad física. La implementación es compleja y requiere una adaptación local, involucrando ciudadanos apoderados.

Las recetas para un “envejecimiento saludable”, pues, son complejas. La investigación nos indica que es necesario compaginar una adecuada actividad física, dieta y descanso nocturno, evitando factores de riesgo como tabaquismo y alcohol. Y que hay que fomentar las relaciones sociales, reduciendo la soledad no deseada y las desigualdades, que son patentes: según datos de la Agencia Pública de Salud de Barcelona, entre barrios del mismo municipio hay casi 10 años de diferencia en esperanza de vida al nacer. Eso no quita que el desarrollo de nuevos tratamientos para causas relevantes de discapacidad y mortalidad, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares o la demencia, sea también clave.

Si lo quisiéramos, sin embargo, simplificar mucho, la “píldora mágica” actual no sería un fármaco. Es el ejercicio físico. Es efectivo sobre numerosas dianas (diabetes, hipertensión, obesidad, bastante muscular…) y a día de hoy es una las pocas estrategias preventivas efectivas contra la demencia, tal como sugiere la Alzheimer Society de Canadá, entre otras fuentes. Nunca es tarde: está demostrado que incluso empezar a hacer ejercicio de mayores tiene un impacto positivo. El reto es cómo conseguir que el ejercicio sea una parte integrante de nuestro estilo de vida, y no que añada estrés a unas rutinas diarias frenéticas. Hacer ejercicio debería ser divertido. Una vez más, no hay una solución “talla única”, y hay que buscar mecanismos para que cada uno, a partir de preferencias, rutinas y posibilidades individuales, adopte una actividad conveniente y sostenible.

Tercer reto: implementación

El tercer reto tiene que ver con la implementación: ¿cómo concretar y hacer sostenible esta receta compleja, que tiene que ser individualizada? Mantener una actividad física constante y una dieta saludable no es fácil, y la situación socioeconómica influye en estos hábitos. Por eso, aunque la investigación nos haya proporcionado las indicaciones teóricas, es tan complicado trasladarlo al día a día. Hacen falta un esfuerzo y un compromiso individual y colectivo: la responsabilidad sobre nuestro futuro es nuestra. Tenemos que ser pragmáticos, y creer de verdad en el potencial de las personas, olvidando el paternalismo: todas las soluciones, a partir de unos principios guía, tienen que ser contextualizadas y adaptadas localmente, involucrando a los ciudadanos y los expertos en el proceso de adaptación a cada territorio, a partir de analizar fortalezas y debilidades.

En relación al sistema de salud, hace falta que sea más proactivo y enfocado a la prevención, e integrarse de verdad con los recursos sociales; también hace falta que apodere más a los ciudadanos, dando herramientas para gestionar la salud y para tomar decisiones. Todo eso ayudaría también a la sostenibilidad del sistema, haciendo un uso racional de recursos y evitando sobreactuaciones. Pero hoy los agentes de salud no son exclusivamente sanitarios: hace falta impregnar de salud “todas las políticas”, para adoptar un lema muy exitoso del Plan Interdepartamental de Salud Pública (PINSAP), y apostar sobre palancas clave como la educación y el voluntariado. No hay que decirlo, tenemos que insistir sobre el papel de las mismas personas y de su entorno, debidamente activadas y apoderadas, como agentes de salud.

En resumen, si el objetivo es que cada uno mantenga unas actividades significativas durante la vejez, hace falta una estrategia multicomponente que actúe, primero, sobre nuestro estilo de vida a partir de fomentar el ejercicio físico. La implementación tiene que contar con todos los agentes y los recursos existentes, y con las aportaciones de las mismas personas apoderadas. Potenciar, como facilitadores transversales, la investigación, la innovación y la ciencia de la implementación, en torno al envejecimiento y la vejez, es fundamental; estas mismas serán un motor económico y de conocimiento estratégico para nuestro país.

Un potencial real

El envejecimiento tiene un potencial extraordinario, si, entre todos, lo sabemos aprovechar. Es fácil pensar que las personas que envejecen tendrán, como valor añadido, más tiempo libre, experiencia y conocimientos acumulados para cuidarse e incluso aportar a la sociedad. Es fascinante la experiencia de los Experience Corps, implementada en más de 20 ciudades de Estados Unidos, que recluta personas mayores para hacer refuerzo escolar a niños de primaria: ha demostrado beneficios para las dos generaciones, en términos de mejora de resultados escolares y de la salud de las personas mayores.

Finalmente, en algunos casos, desvinculadas de responsabilidades laborales y sobre la familia o de otros condicionantes que a menudo nos acompañan durante la edad adulta, las personas mayores pueden generar unas contribuciones sorprendentes para la sociedad, en muchos campos. Eso hizo, por ejemplo, que la “Piedad Vaticana”, que Michelangelo esculpió a los 22 años, se transformara, a sus 80 años, en la “Pietat Rondanini”, conservada en Milán: una vez que ya no dependía de los encargos oficiales de la Iglesia, Michelangelo se permitió explorar los límites convencionales del arte y reinterpretar su “capolavoro” con un cariz impresionista absolutamente visionario e innovador. Eso siempre que, como sociedad, podamos garantizar una sostenibilidad económica para nuestras personas mayores y reducir las desigualdades.


DEL CEREBRO AL CUERPO: Neurociencia y Educación Física: (De la investigación a tu práctica), felicidades Dani e Irene

Este manual intenta acercar el conocimiento científico desde la ciencia del cerebro o neurociencia a la aplicación práctica a la Educación Física. Los autores están convencidos que la neuroeducación es una disciplina educativa, una forma de enseñar y de aprender que ha venido a quedarse; y con este libro intentarán dar respuesta a cuestiones como: • ¿Tiene el ejercicio físico alguna incidencia en el desarrollo cognitivo? • ¿Puede la actividad física cambiar o mejorar el funcionamiento del cerebro? • ¿Cuáles son los ingredientes esenciales del aprendizaje y de la Metodología NeuroEF, según las investigaciones neurocientíficas? • ¿Por qué es necesario conocer el funcionamiento del cerebro de nuestros escolares para conseguir aprendizajes significativos y duraderos? • ¿Cómo aplicar los conocimientos neurocientíficos en las clases de Educación Física?


UNA MIRADA EDUCATIVA A LA SINGULARIDAD

ANNA FORÉS

Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación y Licenciada en Pedagogía por la Universidad de Barcelona. Es coordinadora y profesora de la cátedra de Neuroeducación de la UB. Ha escrito numerosos artículos y libros sobre educación, neurociencias y resiliencia. Entre ellos, algunos de los titulos más recientes son “Pedagogías emergentes: 14 preguntas para el debate”, “Hagamos que sus vidas sean extraordinarias”, “La resiliencia: crecer desde la adversidad”, “Neuromitos en educación” y “Los patitos feos y los cisnes negros: Resiliencia y neurociencia”. Ha creado Sikkhona Edu, que está pensado y desarrollado para crear espacios de comunicación y relación en los diferentes espacios educativos. Asimismo, es miembro del grupo de Investigación GR-EMA (entornos y materiales para el aprendizaje) de la UB y del grupo de Innovación docente INDAGA’T. Se define como una persona a la que le “interesa todo lo que tenga que ver con educar y humanizar”.

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(Los párrafos en negrita corresponden a Pepe Menéndez y los párrafos sin destacar, a Anna Forés)

Muchas gracias, Anna por participar de esta conversación ¿Por qué escogiste esta imagen? 

Imagen del kit de imágenes de Sikkhona Edu

Esta imagen me llamó. Yo juego mucho a dejarme sorprender. Tengo aún esa parte de niña. Sabía que daría juego, que podríamos hablar de ella desde muchos puntos de vista. Creo que uno de los mensajes para el mundo de la educación, y también para la gente en general, es volver a rescatar la singularidad de cada personita que tenemos delante porque es único como ser humano. Creo que esto cambia totalmente el paradigma de lo que es la escuela y de cómo se ha configurado.

Está imagen que has elegido es parte del kit de imágenes de Sikkhona Edu ¿Qué es y qué sentido tiene? 

Sikkhona significa “te veo”. Sikkhona Edu nace de un Sikkhona que algunas personas utilizábamos para identificar el estado actual de un equipo y llevarlo hasta la excelencia. Vimos que era una herramienta muy potente que tenía que llegar a la educación, y creamos Sikkhona Edu, al que aportamos seis escenarios que nos podemos encontrar en cualquier ámbito educativo, sea formal o no. Escenarios para romper el hielo, cuando se configura un grupo, para descubrir talentos en los demás, para compartir sentimientos, para crear vínculos, para descubrir los talentos que tenemos y, el último, para dejar ir. Según el objetivo que tengas, escoges estas pequeñas dinámicas que ayudan, a través del poder de la imagen que nos proporciona el Sikkhona Edu, a llegar a la emoción. La imagen es un lenguaje emocional que nos permite llegar a la emoción muy rápidamente y de manera muy profunda.

Empecemos con la primera fase de la rutina ¿Qué es lo que vemos?

Vemos una imagen donde hay diferentes colores, con diferentes pigmentos y eso da una posibilidad de que sus usos se pueden hacer con estos pigmentos de colores. 

Yo lo que veo son pequeñas cantidades de algo que no sé qué es y que tiene diferentes colores ¿Qué pensamientos nos sugiere la imagen? Yo al verla, pienso en la diversidad. En Cataluña, en los últimos 30 años, la llegada de inmigración importante a las escuelas, ha hecho que esta imagen sea natural en un final de trimestre o de curso, celebrativo, donde las maestras y maestros quieren que los estudiantes y los alumnos se acerquen precisamente a esa diversidad y a ese cromatismo. Entonces pienso que esta imagen está vinculada a lo relacional.

Yo creo que esta imagen, cuando se escoge la gente se queda enganchada por la diversidad como marcabas. Por tanto, uno de mis pensamientos es que todos somos diversos. Otra de las cosas que me hace pensar es que en la combinación. Tenemos el amarillo y el rojo y con eso podemos hacer el naranja o podemos también juntar el amarillo y el verde también. Me hace pensar en la posibilidad que se nos despliega solamente con esas pequeñas posibilidades.

¿Qué preguntas te sugiere?

Yo me pregunto qué uso se le va a dar a estos colores. Me pregunto si serán para una fiesta. Por ejemplo, los colores me sugieren que pudieran ser para una fiesta hindú. Me pregunto entonces, ¿Qué tipo de fiesta será? ¿Qué estarán celebrando? Si servirá para decorar o para mojar alguna tela en blanco y transformarla en otros colores. Me pregunto si los niños se quedarían muy enganchados ¿no? A lo mejor inventarían otros tipos de colores, o harían combinación de colores. Me pregunto también cómo sería el tacto, me dan ganas de poner ahí la mano.

Es muy característico en las etapas de infantil y primaria tocar las cosas. Es la primera fase de un bebé. Chuparlas, por ejemplo. La boca es un elemento de contacto con la realidad así como tocar las cosas, probarlas. 

Es importante destacar que nuestro cerebro es multisensorial y el tacto, cuando somos muy pequeños, lo usamos como herramienta de aprendizaje, pero ¿qué pasa después? Nos olvidamos del tacto. Nos ocurre que ya en la primaria, casi lo hemos dejado de utilizar como recurso.  Quizás en una educación más artística esté más presente, pero olvidamos que es una herramienta básica para aprender.

En tu trabajo vinculado a la neurociencia, has reflexionado mucho sobre los neuromitos. Pienso en la división que en algún momento se hace respecto a saberes y competencias, entre las que parecen ser más elevadas y de mayor nivel intelectual, propias de la escuela, y aquellas que no se consideran del mismo nivel y, por tanto, se aparcan. Estas últimas, que se consideran erróneamente menos importantes, van perdiendo protagonismo a medida que se avanza hacia etapas superiores de la enseñanza. Me refiero a la actividad de ejercicio físico, las artes o el juego que al principio parecen más relevantes y que luego aparecen como instrumentos secundarios. 

Es curioso porque las empresas recuperan estos elementos, y nadie cree que quieran perder dinero. Si una empresa lo está utilizando es porque sabe que resulta eficaz. ¿Qué nos perdemos en los años de escolarización que no los consideramos importantes? Sucede que abandonamos el cuerpo, el tacto y el juego como elementos de aprendizaje. Si bien existen muchas experiencias educativas en las que se utiliza la gamificación y las artes, ocurre que, en general, no se les da el valor que realmente tienen, a pesar de que sabemos de su importancia para aprender.

Hay suficientes evidencias científicas de que el relato de la humanidad se construye básicamente a través de lo metafórico. Harari ha escrito mucho sobre la construcción del relato y que, a pesar de su condición de invisibilidad física, posee una enorme potencia para movilizar a las personas, las sociedades y los países. En educación cuando necesitamos movilizar el conocimiento, lo hacemos construyendo relatos que tratan de vincular el “yo” al “nosotros”, y llegar al interior de la persona. 

Sobre todo a los “otros”. Estamos en una cultura muy egocéntrica. Tenemos que ir hacia una cultura más “eco”, donde todos nos reconozcamos como legítimos “otros”. Con ese reconocimiento, evitaríamos mucho bullying. En estas dinámicas lo que hago es conectar con mi “yo” y, a la vez, conectar también con los “otros”. Cuando yo veo al “otro” como legítimo “otro”, no me inclino a agredir, sino que lo legitimo como parte de ese “nosotros”. 

Las emociones se tienen muy en cuenta en la escuela ahora, pero hemos pasado muchos años sin considerarlas. Sabemos que son básicas, justamente para que haya cosas más profundas a las que puedan llegar los estudiantes.

En un curso de solo tres horas en el que utilizamos la técnica de Sikkhona Edu, hay gente que descubre que conoce más a esta persona ahora, cuando, tal vez, eran compañeros de trabajo desde hacía veinte años. Esto es porque emocionalmente  llegas muy rápidamente y en profundidad. He tenido experiencias muy tiernas y muy profundas. Esto lo hemos hecho en muchos países. Lo he experimentado en Sri Lanka, y hace unos días estaba en México. El Sikkhona es como un abre corazones. Te voy a contar el caso de dos participantes que eran compañeras en una universidad, y estaban muy molestas entre ellas. En uno de los ejercicios con escenarios, hicieron las paces y se abrazaron. Solo había un malentendido que habían tenido y las había distanciado. Se lo pudieron decir y reconciliarse. Esa pequeña cosa hace que generemos organizaciones más saludables emocionalmente.

Hay historias muy bonitas, pero creo que lo más hermoso te sucede en cualquiera de las dinámicas, cuando ves la expresión de la cara de la gente. Esos abrazos o esos lloros que salen del alma. No se trata de sufrir ni mucho menos, pero sientes como que tenías ahí algo que estaba muy enganchado, y la dinámica te permite sentir lo que debes hacer ahora. A veces hay dolores tan profundos que no salen, y cuando creas ese escenario se pueden trabajar y acompañar. Yo no soy psicóloga y no tengo que hacer esa labor, pero sí que me permite tener esa oportunidad de ayudar a conectar con algo muy vivo que las personas llevamos dentro.

Es muy interesante este matiz que has hecho sobre la psicología porque a veces creemos que se está pidiendo a los docentes que sean psicólogos para trabajar los vínculos, y lo que estamos pidiendo es poner en relevancia las relaciones personales y humanas como base para el diálogo y la construcción del conocimiento, sin entrar en procesos de tratamientos psicológicos. Se pide a los docentes que hagan un papel de persona adulta que vincula el conocimiento al progreso de las relaciones personales y de humanización. 

De esto se trata justamente. De trabajarlo con los profesores, y de poder hacerlo conjuntamente con el departamento de soporte psicológico o psicopedagógico, si el colegio dispone de él. A menudo separamos excesivamente las funciones entre los docentes y los profesionales que inciden en las escuelas. El objetivo es trabajar interdisciplinariamente e invitar a otros profesionales a poder entrar al aula y aprovechar sus aportes.

¿No nos ocurre a veces, a los adultos mucho más que a los niños o a los jóvenes, que nos produce vértigo abrirnos y que el otro nos descubra? Yo también he sido usuario de dinámicas de Sikkhona y puedo decir, como tú has dicho, que a través de las imágenes conocemos a las personas, pero también he visto personas que han tenido la reacción de la almeja, de repente les ha dado vértigo o pánico abrirse tanto y entonces se cierran ¿Qué nos ocurre a los adultos para que reaccionemos de esa manera?

Nadie se quiere sentir vulnerable. Tenemos muy arraigada la cultura de que no podemos mostrarnos vulnerables. Esto hace que nos encerremos en nuestro caparazón. Cuando se hacen este tipo de dinámicas, primero tienes que generar el clima y establecer esa consigna de que no estamos juzgando a nadie, de que lo que pasa aquí se queda aquí; para que sea un momento que nos permita abrirnos. Hay que generar ese clima de confianza y de seguridad para que estas cosas puedan suceder.

Tal vez cada niño o cada niña podría ser cada uno de los colores que nos muestra la imagen. Tenemos que intentar que eclosionen en todo lo que puedan hacer y que veamos esa transformación de todo ese potencial que tienen. A veces esa transformación la pueden hacer con otros u otras para convertirse en ese esplendor. Es una llamada a lo grande, a la fiesta, a mostrarse.

Los adultos debemos luchar contra algunos prejuicios. Cuando escribimos “Los patitos feos y los cisnes negros”, lo que queríamos era simbolizar a los patitos feos con la gran imagen que se tiene de la resiliencia. El cisne negro era el contexto de pre-pandemia en el que estabamos, que ya presentaba una gran complejidad. Respondía a aquella definición del mundo VICA (Volátil, Incierto, Complejo, Ambiguo). Ahora, estamos en un mundo BANI (Frágil, Ansioso, No lineal, Incomprensible, en sus siglas en inglés) . La trascendencia de todo esto en la educación es preguntarnos si realmente estamos preparando a nuestros chicos y chicas para estos contextos en los que nos ha tocado vivir a nosotros y a ellos. 

Hay que dar mensajes muy claros: a los niños no los podemos abandonar, esto tiene que estar muy claro socialmente; pero tan malo como abandonar a los niños, es también sobreprotegerlos. Nos hemos pasado de un extremo al otro. Si estamos sobreprotegiendo a un niño o una niña, no los estamos ayudando. Debemos preguntarnos cómo hacemos para que ellos tengan recursos para que puedan hacerle frente a las diferentes situaciones que les va a plantear la vida.

Estamos conversando sobre los vínculos relacionales, el reconocimiento del otro, y debemos tratar el desafío de combatir el bullying. ¿Cómo tendríamos que afrontar en las escuelas este proceso de construcción de lo relacional? 

Tenemos que empezar desde muy pequeñitos. Si al principio del curso, dedicamos las primeras sesiones a trabajar el vínculo, nos ahorraremos el 90% de los problemas que vamos a tener durante el curso. Lo que ocurre es que tenemos la presión del currículum que hay que cumplir y, normalmente, le quitamos espacio y tiempo a dinámicas para establecer vínculos que promuevan que los niños se reconozcan. No puede ser que un niño acabe o salga de la escuela y que nadie “lo haya visto”, o que haya alguien que no sepa su nombre. En la universidad nos pasa. Estudiantes que llevan tres años juntos y se preguntan ¿y tú, cómo te llamabas? Lo estamos haciendo fatal. Trabajar el vínculo y el reconocimiento nos garantiza después muchas cosas, y creo que no lo hacemos o que lo hacemos muy mal.

Me gustaría señalar dos cosas sobre la formación de los docentes. Todos estos aspectos que estamos señalando como relevantes y suponen un desafío, no suelen estar presentes en la formación inicial, especialmente en la secundaria, con la consiguiente pérdida de consideración. Y, además, se agudiza al avanzar los cursos, como si la dimensión de lo emocional fuera algo que debemos ir dejando cuanto más grandes son los alumnos. Es como si creyéramos que los estudiantes deben tener claro que están dejando de jugar o de hacer dinámicas emocionales porque están entrando en etapas de estudio más serias.

Es así. Creo que hay una creencia de que cada vez tenemos que ser más serios cuando sabemos, por otro lado, que el humor, que es una cosa muy seria, es un elemento clave para el aprendizaje. Evidentemente no estamos banalizando la educación ni mucho menos, estamos rescatando el cómo aprendemos mejor, desde el conocimiento del papel de la emoción en el aprendizaje. Esto no significa estar riéndose todo el día, sino en que demos valor a buscar estrategias que nos ayuden a ir complementando la explicación con la acción, y con otras metodologías y actividades que me ayuden a aprender mejor.

En uno de los neuromitos que has trabajado, afirmas que aprendemos mejor cuando la información que recibimos es acorde con nuestro estilo de aprendizaje favorito, ya sea visual, auditivo o kinestésico. ¿Qué sucede con las creencias profundas que arrastramos, que a menudo no están vinculadas a evidencias científicas?

Tracie Tokuhama, que estuvo en el III Congreso de Neuroeducación, nos preguntaba ¿por qué hay neuromitos? Sucede que los seres humanos tendemos a la simplicidad, porque nos explicaron las cosas así. Nos explicaron que había tres estilos de aprendizaje, y con ellos nos quedamos. Contrastar la información y nuestras creencias es esencial. Tenemos que buscar la evidencia que hay detrás. A veces, nos dejamos llevar por lo que oímos o vemos en redes sociales. La realidad es que vamos sabiendo “cositas” sobre cómo se aprende, ya que del cerebro no sabemos todo ni mucho menos. Pero sabemos, por ejemplo, que aprender es un instinto, o sea, que estamos hechos para aprender. También sabemos que cada cerebro es único, y que, por tanto, no hay recetas en educación. Llevamos toda la vida diciendo que no hay recetas, pero los maestros seguimos buscándola, y la realidad es que somos todos diferentes. 

¿Cómo podemos hacer eso en un sistema que tiende a la masificación? 

La escuela fue inventada para unas necesidades de hace años. Se trataba de que llegara la información a cuantas más niñas y niños fuera posible. El propósito de la escuela era primero informacional, y después se le sumaban los valores. Hoy en día, la misión de la escuela ya no debe basarse tanto en la información, sino en el desarrollo de una serie de competencias para hacer frente a ese mundo que se presenta mucho más cambiante, más complejo que el de hace años atrás. Tenemos que conseguir que los chicos y chicas adquieran un pensamiento crítico feroz porque, sino, alguien va a decidir por ellos y se van a convertir en marionetas en vez de en personas.

Si tomamos la imagen que nos presentas del Sikkhona y pensaramos que cada uno de esos montoncitos de diferentes colores fueran áreas de conocimiento, también me sugeriría que esa construcción posterior, que ese alguien que los va a manejar tendría que seleccionar cantidades o partes y vincularlas de manera interdisciplinaria.

A nuestro cerebro le gustan las conexiones, no entiende de asignaturas. Las asignaturas las hemos inventado nosotros para buscar un orden. Si hacemos las cosas más relacionales y más relacionadas, estaremos trabajando más como lo hace nuestro cerebro. Debemos preguntarnos ¿qué ingredientes voy a poner, con cuáles me voy a quedar? Cada niño trae unas experiencias previas diferentes al compañero de al lado. A lo mejor uno trae mucho amarillo y en la escuela tenemos que darle menos amarillo. También debemos tener en cuenta que fuera de la escuela hay colores y experiencias que a veces resultan igual o más importantes de lo que pasa dentro. Si disfruto de mucho ámbito cultural, mucho ámbito en el deporte, mucho ámbito en el tiempo libre o en la montaña, todo eso también son aprendizajes muy significativos para estos colores que están combinando en la escuela.

Quizás este sea un ejemplo negativo, pero en el caso de la sexualidad, el problema que tenemos es que se está aprendiendo más fuera de la escuela a través de la pornografía. La escuela no lo puede resolver todo, pero me parece preocupante que pensemos que solo aprendiendo matemática, seremos mejores personas.

Todo el tema de la sexoafectividad es muy importante  y creo que en la escuela vamos tarde en edad. Tengo una exalumna que se dedica mucho a estos temas, y que cada año viene a dar una charla con los estudiantes. Me decía que, en los últimos estudios, el promedio de acceso a la pornografia está en los 9 años. Es horroroso. Esto significa que ellos entienden o construyen que eso es lo normal, así que establecen relaciones de abusos porque piensan que eso es lo que deben hacer. En las escuelas ocurre que ya es tarde cuando se tratan temas de afectividad porque muchos ya se han hecho una construcción de lo que ellos entienden que es natural.

Mi exalumna me decía que lo primero que tenemos que hacer es hablar con propiedad y nombrar y enseñar las partes del cuerpo tal como son para que las reconozcamos. Me decía que, de no hacerlo así, se dan casos muy extremos. Por ejemplo, relataba el caso de una niña que decía “que mi abuelo me come la galleta”. De esta manera, casi ni entendemos lo que está diciendo. Si dice esta frase en casa, a lo mejor, los padres siguen pensando que se trata de una galleta, y el problema de abuso no se destapa. Imagínate el sufrimiento que puede haber ahí. Si ella nombrara a las partes del cuerpo por su nombre, no hablaría de galletas y nos permitiría actuar rápidamente. Al negar esa información corremos el peligro de ocultar el dolor que se está produciendo.

Por eso, siempre digo que la gente siga haciéndose preguntas porque es lo más importante para aprender. Y que nos dejemos sorprender por las cosas que la vida te trae como este regalo de esta conversación.

Me quedo con una frase preciosa que has dicho que a veces en las dinámicas del Sikkhona te encuentras a la niña que fuiste y que siempre se ha dicho que nunca tenemos que perder nuestro corazón de infancia. Muchas gracias, Anna.